n o e s c a s u a l i d a d
No es casualidad si te encuentras en mis letras; o recorriéndome el cuerpo debajo de las sábanas una madrugada cualquiera.
Pero eso ya lo sabes.Eres mi recuerdo predilecto y ni siquiera has ocurrido. Cuéntame cómo lo haces.
¿Cómo eres capaz de habitarme-penetrarme-perpetuarme, si estás una realidad distante?
Quizá nuestros cuerpos se han consumido en otras vidas, por eso se buscan en esta: se necesitan. Limitamos nuestro lenguaje al fuego, al deseo que nos hace salivar y mordernos los labios, donde la ternura no tiene cabida y sin embargo, nos queremos. A nuestra manera, pero lo hacemos.
Cuántas veces te he inventado hasta perder el aliento.
Te leo sobre mi piel en braille y si pudieras tocarme sabrías que me reconozco entre tus manos, tus labios, tu saliva, tus jadeos, tu humedad, tus ansias, tu sexo... como dos rompecabezas que no forman la misma figura y les faltan piezas, pero igual encajan.
¿Qué somos? ¿La espera impaciente que jamás concluye? ¿El eco del recuerdo de unos cuerpos? ¿La utopía? ¿El pecado? ¿El celo en todas sus definiciones?
Sólo sé que soy un pensamiento recurrente, que en realidad no existimos, que no nos hemos cruzado por sorpresa en el mismo paso peatonal o en el mismo elevador (y vaya tragedia) pero por favor: no te vayas.
Quédate.
En el sueño, en el temblor de las piernas que me llueve las ganas, en el cosquilleo que me recorre desde la humedad hasta la boca, en el peligro, en las imágenes que aparecen cada que cierro los ojos, en lo secreto, en lo prohibido, en las canciones de Zenet, la luna y los días de lluvia.
n o e r e s c a s u a l i d a d,
pero quisiera asegurarme.
De tu boca, si e(re)s posible.
Quédate.
Y si me quedo dejarías que para siempre me hunda en tu piel tomando tu cuello, tu cabello, tus piernas, paseandole mi esencia, acaso sería depojarme para siempre de todo y tomarte una y otra vez hasta el extasis de lo eterno aunque sea un momento, acaso dejarías que tus nalgas me refresquen la cara cuando busque algo más sol ponga roja mi cara, dame el aliento que necesito para seguir tu ritmo y que me quedé realmente valga la pena. Que pensarías si te dijera que la del elevador realmente quisiera que fueras tu, reclutamiento y déjame envuelto en tus documentos hasta el contrato termine por formarse. Si me quedo elije que desayunar por que algo más vida quisiera preparar.
ResponderEliminar